sábado, 11 de junio de 2011

LA ARQUITECTURA EN EL ANTIGUO EGIPTO



La arquitectura del Antiguo Egipto monumental se caracteriza por el empleo de la piedra de sillería tallada, en grandes bloques, con sistema constructivo adintelado y sólidas columnas. Para entender su magnificencia hay que tener en cuenta los siguientes condicionantes:
Debido a la escasez de madera, los dos materiales de construcción predominantemente usados en el antiguo Egipto eran el adobe (ladrillos de barro) y la piedra, fundamentalmente piedra caliza, también piedra arenisca y granito en cantidades enormes. Del imperio antiguo en adelante, la piedra fue reservada generalmente para tumbas y templos, mientras que los ladrillos fueron utilizados en viviendas, incluso en los palacios reales, fortalezas, muros de los recintos de los templos y de las ciudades, y para edificios subsidiarios en los complejos de los templos.


Nuestra información de la arquitectura egipcia antigua se fundamenta principalmente en sus monumentos religiosos, estructuras macizas caracterizadas por su gran tamaño, con muros levemente inclinados y escasas aberturas, repitiendo un método de construcción posiblemente usado para obtener estabilidad en edificios de muros de adobe.

Aunque el uso del arco fue desarrollado durante la cuarta dinastía, todos los edificios monumentales son construcciones adinteladas con muros y pilares, con cubiertas planas conformadas por enormes bloques de piedra apoyados en muros externos y grandes columnas poco espaciadas.
La vivienda egipcia estaba constituida por varias habitaciones, alrededor un gran salón con columnas y luz cenital; disponía de terrazas, bodega subterránea y un jardín, al fondo.
Muchas viviendas disponían de patios interiores, de donde provenía la luz, con todas las habitaciones dispuestas entorno al mismo, y sin ventanas al exterior, por la necesidad de protegerse contra el calor.

Los templos egipcios son la imagen de la casa del dios. En la época predinástica eran simples capillas de techo arqueado, construidas con elementos vegetales. Durante las primeras dinastías pudieron surgir los primeros templos de adobe. En el Imperio Antiguo, Imhotep erige el primer complejo fúnebre monumental con piedra labrada, presidido por una pirámide escalonada, surgiendo los primeros templos en piedra.

En la época faraónica se construyeron muchos canales, la mayoría para irrigar los cultivos, y muchos eran navegables con pequeños botes de papiro usados para la pesca. Otros se construyeron específicamente para los grandes barcos de transporte. Según Heródoto, de los siete brazos del Nilo dos eran artificiales, aunque había otros grandes canales.

En la época faraónica se construyeron muchos canales, la mayoría para irrigar los cultivos, y muchos eran navegables con pequeños botes de papiro usados para la pesca. Otros se construyeron específicamente para los grandes barcos de transporte. Según Heródoto, de los siete brazos del Nilo dos eran artificiales, aunque había otros grandes canales.

Las pirámides eran parte de un conjunto funerario, surgiendo como grandes edificaciones monumentales en la época de Dyeser (Zoser) faraón de dinastía III, resurgiendo durante el Imperio Medio, aunque erigidas con ladrillos de adobe y revestimiento de piedra. Las últimas pirámides, aunque menores y más estilizadas, se construyen durante la dinastía XXV, en Kush y se encuentran en las necrópolis de Meroe y Napata.


Las pirámides de Egipto son, de todos los vestigios que nos legaron los egipcios de la Antigüedad, los más portentosos y emblemáticos monumentos de esta civilización, y en particular, las tres grandes pirámides de Guiza, las tumbas o cenotafios de los faraones Keops, Kefrén y Micerino, cuya construcción se remonta, para la gran mayoría de estudiosos, al periodo denominado Imperio Antiguo de Egipto. La Gran Pirámide de Guiza, construida por Keops (Jufu), es una de las siete Maravillas del Mundo.

La pirámide se compone de tres cámaras principales, dos situadas en el interior de la pirámide, actualmente denominadas Cámara del Rey y Cámara de la Reina, y una en el subsuelo, la Cámara subterránea.
A las cámaras se accedía desde el lado norte, por un pasaje descendente, obstruido al final por grandes bloques de granito, que comunicaba con dos pasadizos, uno ascendente, que desemboca en la Gran Galería, y otro descendente, que llega hasta la Cámara subterránea.


La Cámara del Rey: únicamente contiene un sarcófago vacio de granito, sin inscripciones; sobre el techo se encuentran las llamadas cámaras de descarga, y la más alta dispone su techo con grandes bloques inclinados, a dos aguas, para desviar la gran presión que ejercen los bloques superiores de la pirámide, evitando que todo el peso descargue sobre el techo de la cámara real. Se accede a ella por un pasaje horizontal llamado antecámara que parte del extremo superior de la Gran Galería.


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