jueves, 9 de junio de 2011

ECONOMIA EN EL ANTIGUO EGIPTO












 Su clima es muy cálido y las lluvias muy escasas, no siendo raro que pasen varios año sin que caiga una sola gota de agua.  

La economía de Egipto se basaba en la agricultura. 

Los egipcios cultivaban trigo, cebada y lino, que era de donde obtenían la fibra textil para su ropa. También cultivaban de verduras y hortalizas.


También había dedicación  ganadera, criando ganado vacuno, ovejas o cabras.

La agricultura estaba centrada en el ciclo del Nilo. Había tres estaciones: Akhet, Peret, y Shemu. Akhet.

La época de inundaciones era un periodo de respiro para la dura vida del granjero, a menos que fuese llamado para servir en el ejército o en los trabajos públicos (obras, sobre todo).

Cuando las aguas del Nilo volvían a bajar y el agua iba desapareciendo poco a poco, dejaba tras de sí una gran cantidad de barro y cieno fertilizante que penetraba profundamente en la tierra de cultivo.
 
Una vez que el agua se había drenado completamente y el suelo era lo suficientemente firme para caminar sobre él, los campos eran arados una o dos veces con bueyes, y usando azadas, se rompían los últimos terrones. Cuando las semillas se echaban sobre los campos, se volvían a usar los animales para enterrarlas bien en la tierra.











Los sitios preferidos para situar los mercados eran los muelles, ya que toda la población egipcia vivía muy cerca del Nilo; además los barcos y los botes eran más baratos y rápidos que otros medios de transporte. Las esposas de los granjeros vendían ropa, grano o aves de corral, y los marineros les pagaban con grano, intercambiando parte de él para obtener un suplemento a su dieta habitual.

Gracias a las fuentes arqueológicas, se puede afirmar que existieron ciudades en Egipto ubicadas de norte a sur, que fueron verdaderos centros comerciales como Buto, Menfis, Tebas y Edfú.

Cerca a las poblaciones de Ballas y Quena, siempre existió una  arcilla de un pardo grisáceo, que sirvió para la fabricación de toda clase de objetos de alfarería.

Egipto disponía por otra parte, de gran cantidad de diferentes clases de piedra, lo que facilitaba la construcción de templos, obeliscos y palacios.

Los bancos de piedra estaban comúnmente cerca del Nilo y su transporte se veía facilitado por ello.

Así estaban el granito rosa de Asuán, y el alabastro de Hat Nub cerca de Tell el Amarna.

Tenían minas de piedras preciosas y semipreciosas de las que Plinio llegó a enumerar hasta treinta clases diferentes.





Una gran parte de los bienes manufacturados venía de las familias que producían los propios materiales con que las creaban.

El trabajo se dividía según el sexo. Los hombres cultivaban las plantas de lino y las mujeres lo hilaban y tejían las telas.

Una gran proporción del grano producido se usaba para la elaboración de cerveza. 






En los pueblos aparecieron pequeñas factorías financiadas por los nobles ricos: panaderías, cervecerías, carpinterías, etc, todas con apenas una docena de empleados hombres. 


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